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ALFREDO MOLANO
Andariego y contador de historias
Alfredo Molano, sociólogo de la Universidad Nacional, ha narrado en veinte libros las vivencias de los campesinos de Colombia, en busca del trasfondo histórico de la violencia del país.
Sus investigaciones dan cuenta de las problemáticas rurales, en la voz de quienes las viven, testimonios crudos que dejan ver los orígenes del conflicto armado.
Cuando era niño, Alfredo Molano se entretenía oyendo narrar sus historias a los peones de la hacienda de su padre. “Soy un campesino de origen que andaba en caballo para arriba y para abajo, simplemente, porque... nací a caballo”, dice Molano, al recordar su travesías en el municipio de La Calera. Allí nació su profunda empatía con los campesinos, que le permite conocer las historias de las zonas rurales más lejanas de Colombia.
“A mí las clases teóricas me parecían aburridísimas pero, en cambio, los trabajos de campo eran interesantísimos. No podía atrapar esos mundos conceptuales”, dice Molano mientras recuerda su paso por la Universidad Nacional, en donde estudió Sociología.
Realizó su primer trabajo de campo como profesional en la división de desarrollo social del Instituto Colombiano de Reforma Agraria (INCORA). Posteriormente, trabajó como profesor del departamento de Ciencias Sociales, en la Universidad de Antioquia.
Durante esta época, Alfredo Molano despertó el gusto por el conocimiento teórico, bajo la influencia del reconocido académico Estanislao Zuleta, quien también trabajaba como catedrático en esa universidad. Durante dos años, hizo parte de un selecto grupo de profesores que se reunían para estudiar, minuciosamente, textos como El Capital, de Karl Marx. “Si algún recurso teórico tengo yo, se lo debo a Zuleta”, concluye Molano.
En 1975 partió a Francia con el propósito de estudiar en la École Practique des Hautes Études (EPHE). Durante su paso por esa prestigiosa universidad, Molano entendió que su trabajo se encuentra en un limbo entre la sociología, la literatura y el periodismo. “Allí rompí definitivamente con la academia y con la sociología, para dedicarme a lo otro. Yo no sé si eso se llama literatura. Honradamente no sé si lo que hago es literatura. Puede que sí pero no es mi elaboración, es el rescate de un lenguaje muy bello de la gente”. Se refiere al momento en el que su director de tesis, el sociólogo Daniel Pécaut, le pidió repetir su trabajo de grado. Según el francés, la investigación de Molano estaba más acorde con una obra literaria, que con la sociología. Para graduarse debía presentar otra investigación, cosa que jamás pasó.
Asesoró instituciones como el Banco Mundial y Ecopetrol. Durante la presidencia de Ernesto Samper Pizano fue asesor de la Consejería de Paz. Trabajó para el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), la Corporación Colombiana de Proyectos Sociales (CORPOS) y para la Defensoría del Pueblo en calidad de investigador. Es Senior Research Fellow de la Universidad de Stanford y profesor visitante del Centro de Estudios Latinoamericanos-Casa Bolívar, de la misma institución.
Recientemente, fue nombrado miembro de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, en el actual proceso de paz que se lleva a cabo en la Habana.
“Yo hago lo que yo siento que debo hacer, no lo que yo creo que debo hacer”, dice, y es verdad. Sintió que debía continuar escribiendo, desde su forma única de hacerlo, y continuó. Sintió que debía hacer llegar sus textos a más personas y lo hace, a través de su trabajo como periodista. Sintió que las amenazas contra su vida, que lo hicieron salir del país en 1999, flaqueaban ante la necesidad de regresar a su tierra y lo hizo en 2005.
Escritor, periodista y andariego de camino y tierra, Molano conoce a la perfección este país, su gente y sus pesares.
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