CAMILA LOBOGUERRERO

 

Una directora sin clichés

La única mujer de cuatro hermanos, contestataria, aventurera, rebelde, segura, disciplinada y creativa. Camila Loboguerrero sabe del arte y su historia, habla de París para volver a sus años de juventud, cuando descubrió que, definitivamente, quería dedicarse al cine: la magia de su vida.

 

Andar cómoda, sin tanta vanidad, ha sido su estilo desde que era niña. “Mi mamá me dejó ser sencilla. Pantalón y cola de caballo. Así subía al monte, sin la tontería de la moda y el vestido”, recuerda Camila, considerada la primera mujer que incursionó en la dirección de largometrajes en Colombia.

 

Creció en Chía explorando sus alrededores, jugando con niños y haciendo manualidades. Consciente de sus aptitudes, estudió artes plásticas en la Universidad de los Andes, donde fue alumna de Martha Traba. El gusto por el dibujo y la pintura la motivaron a buscar una beca para estudiar bellas artes en la Universidad de la Sorbona, en Paris. Allá llegó y vivió el famoso mayo del 68. Durante ese periodo protestó, pintó y conoció, más de cerca, el cine de la época. “Pude canalizar la rebeldía innata a través de lo visual. Los cineastas empezaron a hacer películas, tipo pasquín. Ahí conocí a Jorge Reyes, “el peruano”, a quien convencí de que me dejara trabajar en uno de sus rodajes”.

 

Después de estudiar cinematografía en la Universidad de Vincennes y de hacer cursos de montaje en la televisión francesa, Loboguerrero regresó a Colombia. Comenzó su carrera como documentalista. Trabajó, además, en el Ministerio de Educación, donde impulsó el cine educativo. Con el tiempo se interesó por la ficción y viajó por cuatro meses a París para aprender a hacer rodajes. Al volver realizó su primer corto Soledad de paseo (1978), con el cual recibió el un premio de Colcultura.

 

Entre los años ochenta y noventa, Loboguerrero se dedicó a dirigir y producir películas que ampliaron la visión del cine colombiano y le merecieron el reconocimiento en festivales internacionales. Sobresalen: Con su música a otra parte, que presentó en el I Festival de Cine de Bogotá, en 1984; Póngale Color, Vida de perros y María Cano, esta última, una historia trazada por la vida cotidiana y humana de una defensora de los derechos de los trabajadores en los años veinte. Presentó ese largometraje en el Festival Joseph Papp, en 1990, y formó parte del grupo de filmes colombianos exhibidos, por primera vez, comercialmente en Estados Unidos.

 

La lista de sus obras cinematográficas es larga, así como la cantidad de premios que ha recibido por su inmenso aporte a la industria del cine y la televisión colombiana. Pero su ingenio no se detiene. Hoy trabaja con sus hijos, quienes siguieron sus pasos, en proyectos de cine y teatro. Eso la entusiasma, pues estar rodeada de gente joven que se dedica a lo mismo que ella, nutre su conocimiento. Por ser una artífice del cine nacional, Camila Loboguerrero está nominada al Premio Tributo Semana Royal Salute 2014.

PROHIBASE EL EXPENDIO DE BEBIDAS EMBRIAGANTES A MENORES DE EDAD. EL EXCESO DE ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD. SI TOMAS NO MANEJES.