Alfredo Carvajal Sinisterra trabaja incansablemente. Promueve el crecimiento de la región pacífico, tanto desde el sector público, como el privado. A sus 78 años, ejerce como presidente de la junta directiva de la Fundación Carvajal, cargo que asumió desde 2007, pero saca tiempo para crear proyectos en beneficio de la comunidad caleña y desarrollar ideas para fortalecer la región Pacífico.

 

Economista de la Universidad de Pennsylvania y magíster en Administración Industrial de la Universidad del Valle. Considera, que para mejorar la calidad de vida de los caleños, es necesario optimizar las condiciones sociales de las regiones aledañas. Por esta razón, asumió el reto de expandir los programas educativos, de generación de ingresos y de vivienda, puestos en marcha por la Fundación Carvajal desde 1961, y llevarlos también a Buenaventura.

 

Con su experiencia como exalcalde y exconcejal de la ciudad, sostiene que hablar de región Pacífico en lugar de región Valle, resume su filosofía. Aunque hoy no ocupa cargo formal alguno en el gobierno municipal, Carvajal busca que el sector público adopte esa idea. Para tal efecto, asesora a los gobernantes para consolidar un frente común de los municipios de la región Pacífico y atraer inversión del gobierno y de la empresa privada.

 

Por otro lado, su preocupación por el desarrollo y crecimiento de su ciudad lo impulsó a poner en marcha, desde marzo de este año, el proyecto BiblioTEC, una iniciativa público- privada, que busca llevar la tecnología a las bibliotecas comunitarias de Cali.

 

En 2001, y durante seis años, presidió la Organización Carvajal. Su liderazgo fortaleció y profundizó el proceso de internacionalizar la compañía para llevarla a trabajar en 18 países. Pero debió enfrentar el desafío de “desfamiliarizarla” para que continuara lo que él mismo llama, la ruta de éxito. Es decir, separar a la familia, propietaria y fundadora de Carvajal, de los asuntos administrativos de la Organización. Según Alfredo Carvajal, este fue el mayor logro durante su presidencia.

 

“La gente piensa que cuando uno llega a cierta edad pierde interés en la vida intelectual y no es así”, comenta Carvajal, quien constantemente se inscribe a cursos universitarios, especialmente diseñados para “personas de mi edad”, dice entre risas.

 

Ahora, lejos de la presidencia de Carvajal, disfruta la satisfacción de manejar su tiempo a su voluntad. Sin embargo, no piensa en descansar y planea seguir trabajando, tiempo completo, en beneficio de su región.