“Trabajar duro y a menudo” es la filosofía de Adolfo Meisel Roca. Es el tercer costeño codirector del Banco de la República, el primero en lograrlo después de hacer carrera en esta institución y el único que vivía fuera de Bogotá, antes de su nombramiento.

 

El interés por el conocimiento, su curiosidad constante y el amor por su tierra, impulsan la investigación de Meisel Roca. Durante su carrera ha escrito más de 20 títulos, entre libros y artículos, sobre la historia económica de la costa Caribe colombiana.

 

Cuando era niño devoraba una enciclopedia infantil de historia, que aún hoy recuerda con cariño, así como biografías de grandes personajes, literatura y poesía. Su amor por leer y escribir se gestó en Cartagena, a donde llegó desde Barraquilla, cuando apenas era un niño.

 

Meisel ha dedicado su vida al conocimiento. Estudió Economía en la Universidad de los Andes, obtuvo un Magíster y Ph.D. en la misma disciplina en la Universidad de Illinois y es Ph.D. en Sociología de la Universidad de Yale. Posteriormente, se especializó en Economía Internacional, en el Instituto de Economía Mundial de Kiel, en Alemania. Inició su vida profesional como director de la oficina del ICETEX, regional Bolívar y fue secretario de promoción y desarrollo en la Cámara de Comercio de Cartagena: “Este trabajo me mostró, muy claramente, qué necesita un investigador para hacer sus oficios” comenta este economista con alma de historiador.

 

Su carrera en el Banco de la República empezó en 1987 en el área de investigación y después fue subgerente seccional en Barranquilla. Durante una licencia de un año, fue director general de ICETEX. Más adelante regresó a la Heroica para asumir la gerencia del Banco de la República, en esa ciudad.

 

Durante esta época lideró la creación del Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER) del Banco de la República. “Hoy en día, ese grupo tiene 10 investigadores y es uno de los grupos más productivos del país en el tema de investigación económica”, comenta Meisel Roca.

 

En 2013, debió regresar a Bogotá para ocupar el cargo de codirector del Banco de la República, institución a la que le ha dedicado 26 años de su vida. Sus dos hijas, quienes estudian en la capital, y su esposa, le brindan el calor costeño que siempre ha necesitado. Y hacer lo que más le gusta, le permite vivir lejos de esa tierra suya que tanto añora.